Centrando el Cuidado: Lecciones del Proceso de Justicia Transicional en Colombia
Nuestra segundo blog sobre sanación y bienestar en nuestro trabajo en Colombia destaca la importancia de centrar la atención psicosocial en la búsqueda de la justicia.
Nuestra segundo blog sobre sanación y bienestar en nuestro trabajo en Colombia destaca la importancia de centrar la atención psicosocial en la búsqueda de la justicia.
Existe un reconocimiento creciente en el campo de la justicia transicional sobre la importancia de integrar el apoyo psicosocial en el largo y arduo trabajo de sanación social tras la comisión de atrocidades. La Comisión de la Verdad de Colombia adoptó un enfoque holístico e integral en el cumplimiento de su mandato. Esto se refleja en su propio nombre: “Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición”, que fue traducido de manera poética por uno de los dos asesores internacionales de la Comisión, John Paul Lederach, como “la comisión para iluminar la verdad, vivir juntos y nunca repetir la violencia: (ver la página 91 de The Pocket Guide for Facing Down a Civil War [Guía de bolsillo para enfrentarse a una guerra civil], para leer las reflexiones de Lederach sobre la Comisión de la Verdad). La Comisión de la Verdad implementó numerosas medidas para asegurar que el apoyo psicosocial y el cuidado se integraran en su estructura, sus mecanismos y su enfoque. De esta manera, ofrece aportes innovadores y ejemplos sobre cómo incorporar de manera integral el apoyo psicosocial en los procesos de justicia transicional. Esta contribución al campo de la justicia transicional es analizada, junto con otras, en la reciente publicación Una mirada a la Comisión de la Verdad de Colombia: Aprendizajes, reflexiones y siete desafíos contemporáneos.
La Comisión de la Verdad fue diseñada para poner en el centro las experiencias y voces de las víctimas, un elemento fundamental del enfoque psicosocial en la justicia transicional. Cada encuentro facilitado con las víctimas, ya sea privado o público, fue considerado un acto de dignificación y una oportunidad única de conexión y construcción de confianza entre quienes participaron en los procesos de la Comisión de la Verdad. Se tuvo especial cuidado en cómo el equipo de la Comisión de la Verdad —incluidas las personas comisionadas y el personal— interactuaba con las personas en todas las fases de cada “Encuentro por la Verdad”, considerando dinámicas clave de apoyo antes, durante y después de cada encuentro. Ese cuidado se manifestó de múltiples maneras. Entre ellas, la creación de un equipo psicosocial que se encargó de capacitar al equipo de la Comisión de la Verdad en enfoques psicosociales y de acompañar los encuentros, desde el primer contacto hasta el momento de cierre.
Al compartir historias de heridas profundas, dolor y potenciales traumas, era fundamental prestar atención previa a la preparación de las personas involucradas, al espacio físico y a las relaciones entre personas facilitadoras y participantes. El equipo de la Comisión de la Verdad contribuyó a crear condiciones de seguridad emocional y confianza para que quienes participaban pudieran compartir sus testimonios. Se atendieron explícitamente las expectativas y los temores tanto de las víctimas como de las personas responsables de las atrocidades, para garantizar así una experiencia respetuosa y dignificante. En su capítulo sobre el enfoque psicosocial, Dora Lucía Lancheros Perico, miembro del equipo psicosocial y psicóloga especializada en derechos humanos, reflexiona sobre los elementos relacionales y procedimentales de la preparación centrados en la dignidad de las víctimas: “El respeto es un bálsamo para las heridas y ayuda a rescatar una identidad que ha sido afectada por los hechos que han conllevado acusaciones, estigmas y daño moral”(página 231).
Otra forma poderosa en la que la Comisión de la Verdad integró el apoyo psicosocial fue a través del cuidado del personal durante el cumplimiento del mandato. El equipo psicosocial trabajó para apoyar a las personas y a los equipos en el desarrollo de resiliencia emocional e incorporar estrategias para reducir el agotamiento emocional. Entre las prácticas se incluyó el apoyo a la cohesión social y la resolución de conflictos dentro de los equipos, capacitaciones en autocuidado para individuos y colectivos, y la oferta de sesiones terapéuticas. A pesar de estos esfuerzos, el cuidado del personal fue a menudo relegado ante la enorme tarea que enfrentaba el equipo de la Comisión de la Verdad para preparar y llevar a cabo los Encuentros por la Verdad y documentar los testimonios de víctimas y responsables.
Un año después de la entrega del informe final, el equipo de la Comisión de la Verdad fue invitado a reunirse nuevamente de manera presencial y virtual en los llamados “reencuentros”. Estos espacios fueron concebidos para ofrecer a las personas comisionadas y al personal la oportunidad de expresar y procesar colectivamente el impacto que tuvo en sus vidas el trabajo desarrollado en la Comisión. Se propusieron metodologías creativas y holísticas, incluidas prácticas basadas en el arte y el movimiento, para facilitar la reflexión, la expresión y el intercambio. Fue un espacio novedoso y el primero de su tipo en una comisión de la verdad. Los reencuentros pusieron en evidencia el sacrificio y compromiso de quienes dedicaron cuatro años de su vida a esta labor, ofreciendo un espacio necesario de catarsis. En la evaluación final de los encuentros, una persona participante compartió con gran elocuencia la importancia de honrar ese esfuerzo en la construcción de la paz: ““Fue un gran ejercicio volvernos a reunir, hacer esa inversión en tiempo, dinero y energías para encontrarnos de nuevo. No solo es un gran reconocimiento al trabajo, es saber que siempre importamos, no solo como trabajadores. Es un gesto dignificante” (página 259; para más información, por favor ver el capítulo titulado ¿Quién cuida a los cuidadores? Una mirada externa al acompañamiento psicosocial de la Comisión de la Verdad).
Estos ejemplos ilustran algunas de las formas en las que el apoyo psicosocial y el cuidado fueron considerados como una dimensión fundamental del trabajo de la Comisión de la Verdad, desde el diseño hasta la implementación y el seguimiento. A tres años del fin del mandato de la Comisión, continúan surgiendo aprendizajes que pueden contribuir a fortalecer la manera en la que los mecanismos de justicia transicional centran las voces de las víctimas, promueven la dignidad, garantizan el cuidado y acompañan la sanación social.
Foto: Mural en Medellín, Colombia de Jomag Ariza, Cesar Figueroa, and Damianm Figueroa Berrio.